
Hay muchos modelos de referencia a la hora de enfocar la mejora de la productividad de un equipo de trabajo. Uno de los más clásicos es el modelo de Katzenbach y Smith, que sugiere 6 claves para la creación y mantenimiento de equipos de trabajo. En mi experiencia es un modelo bastante útil. Puede servir para trabajar con sistema las claves necesarias para un equipo.
Otro modelo muy bien fundamentado es el de Belbin. El planteamiento es bastante diferente pero compatible con el de Katzenbach. En esta línea, el “Modelo de Belbin”identifica 9 claves que precisa un equipo para ser plenamente productivo y nos ayuda a descubrir en cuáles de estos aspectos somos más fuertes cada uno de nosotros. De este modo, podremos buscar la mejor combinación posible de talentos frente a cada reto que asuma nuestro equipo.
Junto con éstas es fácil encontrar cantidad de referencias, desde tests para identificar hábitos personales con los que mejorar nuestras contribuciones a un equipo hasta prácticamente cualquier desorientación pseudocientífica.
Para no perdernos es necesario apoyarse en estudios que sean suficientemente serios. Quizás uno de los más sólidos de los últimos años sea el «Proyecto Aristóteles», un proyecto que ha desarrollado recientemente Google buscando las claves del equipo perfecto.
El Proyecto Aristóteles
El proyecto empieza con una revisión exhaustiva de las investigaciones desarrolladas sobre trabajo en equipo en los últimos 50 años. Y por analizar datos de 180 equipos de la empresa. Al final llegan a las mismas conclusiones que esta investigación del MIT a la que se refiere Margaret Heffernan: Lo que distingue a los equipos más avanzados es… la empatía y la conversación fluida.
No obstante, es una investigación muy interesante y clarificadora que puedes conocer con más detalle aquí abajo:
Alberto, gracias por la recopilación del articulo ( que aunque conocía, ha venido bien aquí ). En efecto la claves de la interaccion adecuada entre las personas, como la empatía y la capacidad de «escucha» son finalmente las mismas que soportan a los equipos » exitosos».
Curiosamente la tecnologia que a veces nos lleva a olvidar este funcionamiento, viene aquí de la mano de su máximo exponente con un lema suyo :
» make it simple «, en efecto,,
Gracias por pasarte y dejar tu comentario, Joseba.
Me gustan las herramientas sencillas que te dan unas pocas pautas para identificar peculiaridades en los demás y en ti y así trabajar la empatía, la conversación y la acción sobre cierta base. Belbin es una de las mejores que conozco. Sin embargo tengo la sensación de que muchas personas se pierden en las técnicas y en los modelos y se olvidan de lo esencial.
A mi parecer estas investigaciones vienen a recordarnos, más allá de discursos «buenistas», qué aspectos son esenciales y cuáles secundarios para que las personas y equipos estén llenos de motivación y productividad.
Gracias por esta recopilación. Interesante aporte. Los seres humanos a veces nos complicamos la vida. La empatía y la escucha son habilidades naturales de la especie, como lo han explicado investigadores como Humberto Maturana. Sin embargo, no las aplicamos. Es más, hacemos todo lo posible por no poner en acción estas capacidades. Por eso hemos construido una sociedad enferma, como diría Alejandro Jodorowsky. Esa sociedad se nota a veces también en las relaciones de los equipos dentro de las organizaciones. Con respecto a la relación comunicación y salud, escribí esta entrada de mi blog: http://www.patriciabenavides.com/2014/10/tips-para-una-comunicacion-sanadora.html que apunta también a la empatía. Coméntame cómo te parece. Saludos
Hola, Patricia. Te agradezco mucho tu visita y tu comentario, con el que estoy mayormente de acuerdo. No cómo encaja eso de que «hacemos todo lo posible por no poner en acción estas capacidades»con lo de que sean habilidades naturales. Por lo que yo veo casi todo el mundo trata una y otra vez de que puedan encontrar su espacio… aunque también es cierto que esa «sociedad enferma» va avanzando a través de patologías contagiosas que nos afectan.
Por lo demás, me gusta tu entrada. Es un mundo al que soy sensible (llevo casi 30 años practicando y profundizando en el yoga). Y sin embargo me cuesta mucho ver su traducción en contextos empresariales. Puedes, por ejemplo, aprender a respirar, a relajarte e incluso a meditar porque ello te ayudará a gestionar el estrés y hasta posiblemente a ser más feliz… Sin embargo, también suelo percibir mucho discurso esotérico y de poca base científica. No sé, hay algunos enunciados que se repiten una y otra vez y que me parecen más propios del mundo de las creencias que del de las experiencias :-(